"EL SISTEMA" esta programado para que (en automatico) en este BLOG se publiquen SOLO los articulos que llevan una anotacion de VRedondof , por lo que se ve, he hecho mal la programacion y publica tambien, articulos que no lo llevan ....
Hacer los cambios me llevaria mucho tiempo ... y borrarlos tambien ... por ello lo dejo asi ....
¡¡¡ DISCULPAR LA CHAPUZA !!! ... pero asi va a quedar , hasta que tenga tiempo para arreglarlo ( .... y sobre todo ganas ...)
[MdeN] "Hay que aprender de la República y también de sus errores"
"Hay que aprender de la República y también de sus errores"
El último libro de Rafael Escudero, "Modelos de Democracia en España", establece una comparación entre las dos constituciones que han marcado la historia española, sin olvidar su relación con la crisis económica e institucional que acompaña nuestros días. "Si los dirigentes actuales echaran la vista atrás verían que los dirigentes republicanos fueron valientes, capaces de enfrentarse a la realidad que estaba destruyendo España"
El libro nació en unas circunstancias diferentes a las que se dan ahora cuando se ha publicado, fue un encargo que me hizo Manuel Fernandez Cuesta cuando era editor de Península, recientemente fallecido antes de verano. Me encargó este libro en 2007, en el que comparasemos la Constitución de la República con el régimen politico actual, ya que habia un intento del entonces partido en el Gobierno, el PSOE, de reivindicar los preceptos de la República pero sin tocar la Monarquía.
El objetivo inicial era comparar para ver en que se parecian y en que se diferenciaban pero con la llegada de la crisis todo cambió, se puso de manifiesto también una profunda crisis institucional que afectó al libro y ahora se pretende, siguiendo con la idea inicial de comparar, poner de manifiesto esos puntos de la Constitución actual que nos han llevado a la situación en la que estamos y volver la mirada a la situación republicana para ver qué aspectos son importantes, nos pueden ayudar, para un futuro proceso constituyente que tiene que darse en España.
¿Qué aspectos de la Constitución del 31 se han perdido en la del 78 y podrían ayudar a la situación actual del país?
Para empezar, la creencia en que la Constitución "es algo más que un texto jurídico", como decía Manuel Azaña, en que es el resultado de un equilibrio de fuerzas de una sociedad, es la forma en la que sentar las bases sobre las que queremos construir una determinada sociedad. El del 31 es un texto radicalmente transformador, que buscaba romper con la España de la época, mientras que por otro lado la Constitución del 78 es de transición, quieren mantener el estatu quo, pasar a una democracia formalmente representativa pero sin que quienes conservaron el poder y los privilegios durante el franquismo los pierdan.
La Constitución del 31 tiene más elementos de democratización y de participación ciudadana, de lo que llamamos hoy 'democracia directa', que no contiene la del 78. Nosotros tenemos un poder claramente escorado hacia el Gobierno, que dirige todo, mientras que la Constitución republicana hacía recaer el poder en el Parlamento.
En cuanto a derechos, la Constitución del 31 era rompedora, contenía derechos sociales, partía de la base del principio de igualdad hombre-mujer, igualdad formal y material entre ambos sexos. Nuestra Constitución en cambio es muy timorata, es más, algunos derechos sociales como la vivienda y el trabajo no son derechos exigibles ante los tribunales, son meramente principios rectores.
En cuanto a la educación, la República planteaba un modelo de educación pública obligatoria, en el 78 tenemos, en cambio, un modelo de educación concertada donde el Estado subvenciona algunos colegios privados e incluso religiosos. Este es otro punto importante, la relación iglesia-estado; la Constitución del 31 planteaba un Estado laico, donde la religión quedaba fuera del espacio público, sin embargo, la del 78 plantea un modelo de Estado no confesional pero donde se dice que los propios poderes públicos deben mantener relaciones de cooperación con las iglesias y en concreto con la iglesia católica.
¿Qué diferencia el proceso constituyente de la Constitución republicana de la monárquica?
Hay que tener en cuenta que la diferencia fundamental es que el proceso constituyente del 31 nace cuando las opciones republicanas ganan las elecciones y el rey se marcha del país, por tanto es un proceso de ruptura, rompe con toda la situación anterior y se realiza en el Parlamento donde se crea una comisión parlamentaria y esas cortes se convierten en cortes constituyentes , unas cortes creadas "a doc", específicamente para ello.
Mientras que por otro lado, la constitución del 78 nace de un pacto entre una parte de la oposición antifranquista y los propios grupos de poder que provienen del franquismo. Es decir, por una parte tenemos una ruptura y por otra tenemos un pacto, una transición; y esto determina su contenido y cómo se hizo el proceso.
Según usted, entonces, ¿tiene la crisis política y ética de la monarquía unos fundamentos constitucionales?
Por supuesto que sí. El problema está en que durante estos años de falsa riqueza, de bonanza, no afloraron estos problemas, pero cuando viene la crisis y la burbuja inmobiliaria se ha pinchado, es ahora cuando echamos un vistazo a la Constitución actual y vemos que no nos ayuda, que no sirve para ayudar al pueblo.
En ese momento, crear una corona completamente impune que no tienen que rendir cuentas a nadie, con poderes que no tienen reflejo en responsabilidad alguna, pues no pasaba nada, es ahora cuando vemos los fastos de la Monarquía, cuando nos damos cuenta de que si hubiéramos tenido otro sistema quizás esto no hubiera pasado. A parte que si somos demócratas, deberíamos serlo hasta el final y la institución primera del Estado, no puede estar elegida conforme a unas leyes genéticas. Tal y como se estructuró el sistema, es ahora, años después, cuando vemos las consecuencias.
Rafael Escudero / Foto: Marta Jara
¿Podrían aprender algo los dirigentes políticos actuales de la Constitución Republicana para dar una respuesta a la situación de España?
Sí, primero, como he comentado antes, la necesidad de saber que la Constitución es un elemento a partir del cual transformar la realidad, es un instrumento que puede imponer normas. Si los dirigentes actuales echaran la vista atrás verían que los dirigentes republicanos fueron valientes, capaces de enfrentarse a la realidad que estaba destruyendo España, y cambiar radicalmente la situación a través de una Constitución que puso los mimbres para una ciudadanía crítica, igualitaria, responsable y una sociedad mucho más justa.
El pueblo también debería echar la vista atrás para recordar la experiencia republicana que fue olvidada con la Consitución del 78 que se nos presentó como algo excelente. Y también, teniendo en cuenta las manifestaciones por parte de dirigentes del Partido Popular de este verano comparando la bandera falagista con la republicana y asemejando los regímenes, para aprender lo que realmente significó; hay que aprender de la República y también de sus errores.
¿Podría aportar algo la Constitución Republicana al debate de Cataluña?
En líneas generales el punto más defectuoso de la Constitución del 31 fue la cuestión territorial. La España moderna siempre se ha movido entre el centralismo y las autonomías , pero la opción española solía ser siempre la centralista y la República no fue capaz de enfrentar radicalmente la cuestión territorial y lo que intentó fue una especie de solución intermedia que no satisfizo ni a unos ni a otros, que fue lo que llamaron el Estado Integral, que significaba conjugar el principio de soberanía del estado central con autonomía de las regiones que así lo solicitaran.
La República intentaba conjugar el modelo de autonomías con el modelo centralista y no supo atacar realmente la cuestión territorial. Además, los pocos avances que hubo en materia de descentralización fueron arrasados por el franquismo posteriormente. La Constitución del 78 copia esto de la del 31 por lo que desde ninguna de las dos se puede abordar el tema de Cataluña.
Según lo que comenta en su libro sobre la crisis y su fundamento constitucional, ¿tienen los recortes en educación y cultura también una base constitucional?
Una base constitucional exactamente no, sino que la Constitución no impide que se produzcan estos recortes. Hay que tener en cuenta que salvo la educación, los derechos sociales en la Constitución del 78 no son derechos, aunque se llaman así 'retóricamente', en realidad son principios rectores de la política social económica, porque no generan obligaciones para los poderes públicos, no tienen ataduras, se ven libres para recortar en lo que quieran, incluso en educación.
Y aquí está el problema, las constituciones nacieron para proteger al ciudadano frente al poder público, establecieron líneas rojas que los gobernantes no podían sobrepasar, y en materia de derechos sociales nuestra Constitución no establece límites, con lo que el Gobierno puede dedicar los recursos a lo que quiera y si decide recortar en educación universitaria, dado que además esta no forma parte de la educación pública gratuita y obligatoria, pues recorta.
En cuanto a la recuperación ética de la política, ¿podría ser también un tema constitucional y encontrarse en la Constitución del 31 alguna solución a la que recurrir?
Sí, fundamentalmente en los mecanismos de control, porque en la Constitución Republicana se ejercen más y lo que la ciudadanía está demandando ahora mismo es un control a los gobernantes más allá de las elecciones periódicas cada equis tiempo.
España sigue siendo el único país de la UE que no tiene una ley de transparencia y rendición de cuentas. Ahí estaba clara una vez más la opción de la Constitución republicana por el parlamentarismo, pero sin embargo ahora nos encontramos con que cada equis tiempo tenemos unas elecciones donde un sistema electoral profundamente mayoritario y nada proporcional determina que dos partidos controlen las instituciones y además esos dos partidos controlan no solo el Gobierno y el Parlamento sino que controlan todas las instituciones, se reparten los cargos entre los dos partidos mayoritarios sin que los ciudadanos tengamos voz ni voto en ello.
Aquí una vez más, deberíamos volver a la experiencia republicana para ver como concebía el rol del gobernante, los mecanismos de control que se establecían, e intentemos impulsarnos en ese futuro sistema que más tarde o más temprano tendrá que venir.
En el libro se habla también de los avances en materia de igualdad que se hicieron durante la República y de cómo ahora se está volviendo a un "nuevo resurgir del patriarcalismo", ¿a qué cree que se debe?
Pasa lo mismo que con los derechos sociales, no tiene un fundamento constitucional pero no hay un límite en la Constitución, puesto que se apostó todo al concepto de igualdad formal (art. 14 de la C.E.), y esto se ha demostrado claramente insuficiente porque el hombre y la mujer en la sociedad española no parten en posición de igualdad. Tenemos una desigualdad de partida, en materia laboral, educativa, en materia política,etc. Entonces claro, un principio de igualdad formal ante una situación real de desigualdad, no soluciona el problema, sino que necesita, y seguimos necesitando, políticas de igualdad real.
En los últimos años se han empezado a aprobar algunas políticas, pero aún así las cifras de violencia de género son alarmantes, siguen subiendo y la desigualdad en las empresas no se reduce. Por tanto, la acción legislativa no es suficiente y si el texto costitucional no obliga a realizar politicas reales de igualdad, esta igualdad no se va a producir nunca y menos mientras gobierne el Partido Popular. Y es normal que dada la situación de crisis, desempleo, desestructuración y pobreza del país, resurja ese patriarcalismo.
Entonces para usted, ¿cúal es la solución a los problemas que vive España ahora mismo?
Primero hay que generar una conciencia ciudadana, es decir, en términos del comunista italiano Gramsci, "generar hegemonía", necesitamos que en la sociedad se vaya extendiendo la concepción de que necesitamos una sociedad y una ciudadanía democrática, abierta, participativa, responsable, e igualitaria. Una vez tengamos esa conciencia entonces será necesario abrir un proceso constituyente porque el sistema actual se resquebraja por los cuatro costados.
Rafael Escudero compara en 'Modelos de Democracia...' las cartas de 1931 y 1978
Luis Alemany | Madrid
¿Alguien se recuerda a sí mismo en alguna clase de Derecho Constitucional en 2000 o 2001? Por entonces, la economía española crecía un 5% anual y los profesores de la facultad (los buenos, los que llenaban las clases) decían que la Constitución de 1978 era una muy buena herramienta. Al cabo de 13 años, España está donde está y hasta el Partido Socialista dice que la Constitución es parte del problema. "La Constitución de 1978 nació como un texto de transición, que permitió transitar hacia una democracia formalmente representativa en el marco de un sistema económico capitalista sin que los sectores que durante la larga dictadura franquista controlaron los resortes del poder político y económico dejaran de mantener sus privilegios. Después, durante los años de la burbuja, todo quedaba en segundo plano al calor del crecimiento económico. Una sociedad con pies de barro. De repente nos dimos cuenta de que derechos como el trabajo o la vivienda -presentes formalmente en el texto constitucional- desaparecían sin que pudieran ser alegados ante ningún órgano del Estado, tribunales incluidos; de que las decisiones económicas las adoptaban entidades como la troika, el Banco Mundial o el FMI, casi sin pasar por el parlamento; de que la política real la decidía el Banco Central Europeo, que incluso ordenó por carta una reforma constitucional para limitar el gasto público; de que el bipartidismo (obra de un sistema electoral profundamente injusto y nada proporcional) controlaba tanto el Parlamento como el resto de las instituciones del Estado (Defensor del Pueblo, magistrados del Tribunal Constitucional, consejos de administración de empresas públicas, etcétera), sin dar agua ni escuchar a las opciones minoritarias; de que nuestro sistema democrático no contaba con espacios de democracia directa, sino que todo había de pasar por el cauce institucional del Parlamento y los partidos políticos. [...] Todo ello hace que el completo entramado jurídico-constitucional sea hoy fuertemente cuestionado al causar una profunda indefensión ciudadana frente a lo que juristas como Luigi Ferrajoli llaman los 'poderes salvajes'". Rafael Escudero Alday, profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad Carlos III de Madrid, se explica en un correo electrónico. Escudero acaba de publicar el ensayo 'Modelos de Democracia en España. 1931-1978' (Editorial Península), un juego de espejos entre la Constitución de la II República y la de nuestra Transición que, en el fondo, es una manera más de intentar entender el momento en el que vivimos.
No merecería la pena
"Necesitamos un nuevo texto que apueste de forma clara por transformar esta realidad que hoy no se sostiene. Crecen los problemas institucionales, sociales, territoriales... y necesitamos que desde la ciudadanía se empuje a los políticos tradicionales (que son mayoría en el Parlamento) para poner en marcha un proceso de transformación radical hacia una sociedad donde se promueva la resposabilidad y la participación activa de la ciudadanía en política, con instrumentos de control y ordenación de la actividad económica por parte de las instituciones políticas democráticamente elegidas. En suma, una sociedad abierta, libre e igualitaria; lo que deseaban los republicanos del 31". ¿Era una buena Constitución la de 1931? Según Escudero, la República emprendió su proyecto transformador ("si la República no hubiera venido para mudarlo todo, no merecería la pena haberla traido") a partir de "una Constitución valiente, que incorporara instrumentos que permitieran avanzar hacia esa sociedad deseada. Y para ello se fijaron no tanto en el constitucionalismo histórico español, sino en las modernas constituciones que estaban aprobándose en la Europa de entreguerras. El resultado fue una Constitución que en términos de democracia, libertades públicas y derechos sociales era perfectamente comparable a las de los países de nuestro entorno. Pues bien, es este espíritu de transformación de las estructuras políticas y sociales el que le falta a la Constitución de 1978. Cuando todo parecía que iba bien desde el punto de vista económico, este lastre no se notaba. El texto de 1978 era perfecto para mantener el 'statu quo'. Pero ahora, cuando la crisis económica pone en jaque al sistema, es cuando se notan realmente sus defectos y, sobre todo, las premisas ideológicas desde las que fue concebida". "Allí donde la Constitución de 1931 establecía mecanismos de democracia directa, el constituyente español de 1978 se limitó a generar una tímida democracia representativa donde no hay mecanismos de democracia directa. El referéndum es meramente consultivo y debe ser convocado por el presidente del Gobierno; o, por citar otro ejemplo, no es posible la figura del referndum derogatorio o abrogatorio, por el que la ciudadanía puede echar para atrás una ley aprobada en el parlamento. Allí donde la Constitución de 1931 apostaba por el papel de los derechos humanos -incluidos los derechos sociales- como garantes de la ciudadanía, el texto de 1978 cataloga derechos sociales como la vivienda o el trabajo de meros "principios rectores de la política sociel y económica". Resulta inconcebible que en pleno siglo XXI una persona no pueda acudir a los tribunales para exigir el cumplimiento de estos derechos antes los poderes públicos. Difícilmente puede hablarse de democracia sin la protecció real que estos derechos sociales".
Jaula de grilllos
La sanción real, en 1978. | EL MUNDO
Sí, pero: la historia de la República está llena de episodios caóticos, no pudo terminar su proyecto y acabó violentamente. Podemos ser más o menos críticos, simpatizar más o menos con ella, pero fracasó. ¿Qué parte de esa frustración está en su Constitución? Escudero empieza protestando por el uso de la palabra fracaso. "La República no fue un fracaso. A la República la hicieron fracasar sus enemigos, quienes no aceptaron la pérdida de sus privilegios [...]. Sus enemigos defendían una España cerrada en sí misma, centralista, católica, rancia y jerarquizada. Desde sus premisas, poderes y privilegios era claro que nunca cederían voluntariamente a las pretensiones de igualdad, laicismo y democracia que estaban detrás del espíritu republicano. Así, desde el primer momento de la llegada de la República, no cejaron en su intento de acabar con ella. Ya lo intentaron durante el Gobierno de las derechas, de la CEDA, en los años del 'bieno antirrepublicano' de 1933 a 1935. Y después, en 1936, con el golpe de Estado que puso fin a la República y que trajo consigo una de las dictaduras más terribles que la historia ha conocido". Entonces, formulemos la pregunta de otra manera: si en la España de 2013 casi todos estamos irritados con el la representatividad del sistema, en la España de los años 30 el problema era el contrario: los gobiernos eran débiles y el Congreso, una jaula de grillos. ¿No hay un punto medio? "[Apostar por el sistema republicano] es tener clara la opción por una democracia más directa y participativa. Es un punto de radicalidad democrática al que no podemos ni debemos renunciar. Esto implica, con carácter previo, romper esa idea de que la democracia directa, la participación ciudadana y los referendos contribuyen al caos, al desorden y a la inestabilidad política. Es una idea propia de la derecha europea y estadounidense de los años 70, trasladada a la actual Constitución española, que buscó excluir el mayor número de materias del debate ciudadano. Sobre todo, las materias económicas. Bajo los eufemismos de gobernablidad y gobernanza, se ensayaron toda una serie de teorías que buscaban reducir los espacios de decisión al máximo posible, arguyendo que sobre las cuestiones económicas debían decidir sólo aquellos que supieran del tema: expertos, técnicos, etcétera. Este fue, por ejemplo, un argumento que se escuchó durante los días de agosto de 2011 en que se reformó la Constitución española para rechazar que la reforma fuera sometida a referéndum. Se alegó que la materia objeto de la reforma (el tema del gasto público y del déficit) era muy técnica y especializada como para que la ciudadanía -los 'profanos'- se pronunciara. En suma, este argumento de la gobernabilidad es el viejo sueño de los liberales hecho realidad: excluir a la ciudadanía de las decisiones políticas de carácter económico, monetario y fiscal". "Frente a esta opción", continúa Escudero, "la República (y las constituciones europeas de entreguerras) apostaron por lo contrario: por fomentar la participación y ampliar el número de espacios públicos. Es la opción por la democracia directa, por el fomento de la participación ciudadana como condición necesaria para aumentar el grado de compromiso d elos ciudadanos con las instituciones. En este contexto, no debe verse como algo negativo el hecho de que haya más opciones políticas diferentes, sino todo lo contrario. Primero, porque reflejará fielmente el pluralismo político de las sociedades contemporáneas; y segundo, porque obligará a contar con las minorías, a hacerles partícipes del juego democrático más allá de ese 'derecho a la tribuna' con el que cuentan ahora".
Azañistas y compañía
Madrid, 1931. | Marín
Siguiente pregunta. Siempre se dice eso de que la República, tal y como fue formulada, respondía al proyecto de una minoría reformista no marxista. El puñado de burgueses regeneracionistas y cultos que vivían en Chamberí y acompañaban a Azaña. ¿Nos sentiríamos cómodos con su Constitución todos aquellos que en 2013 tenemos mezcladas en la cabeza ideas que proceden de la tradición liberal e ideas que proceden de la socialdemocracia? "La República no fue un proyecto de una minoría más o menos ilustrada, como lo prueba el hecho de que su llegada contara con el apoyo masivo de la población. En este sentido, su Constitución fue un pacto para generar un mínimo común y un punto de partida desde el que desarrollar principios, valores y políticas reformistas que se manifestaran en la actuación de los poderes del Estado y en la propia conciencia de la ciudadanía. No era un texto utópico o irreal, sino a lo máximo que se podía llegar por esta vía en la España de la época. Hoy podemos mirarnos en el espejo de los republicanos y de su obra legislativa más importante, la Constitución de 1931. Precisamente para comprobar cómo es posible articular jurídicamente una propuesta de cambio de este sistema escasamente democrático y fuertemente capitalista en que vivimos. La crisis ha demostrado el fracaso de este sistema y del modelo individualista de sociedad que lo soporta. Analizemos y estudiemos la experiencia republicana no para recordar un pasado que nunca volverá, sino para buscar ahí un referente que nos permita construir una sociedad y un país más avanzados en términos políticos y sociales". "El contenido del texto constitucional de 1931", continúa Escudero, "respondía a los postulados clásicos del liberalismo progresista de la época. Nada hay en sus páginas que llame a la revolución, a la ruptura de España o al ateísmo, por citar los fantasmas tradicionales de la derecha. Lo que pasó, simple y llanamente, es que ésta no estaba dispuesta a ceder ni uno solo de sus privilegios"
España se rompe
Falta por considerar el asunto territorial/nacional. "Si hubiera que señalar el punto más defectuoso del texto de 1931, ese es sin duda el de la articulación territorial del Estado. Los republicanos fueron incapaces de resolver la cuestión territorial, otra de las cuestiones que se repiten en la historia de la España moderna. Puestos a elegir entre centralismo y federalismo, optaron por lo primero. La fórmula elegida en 1931 fue la del Estado integral, una fórmula que buscaba mantener la unidad del Estado y permitir que aquellas regiones que así lo deseasen alcanzaran niveles de autonomía política. La idea era integrar la diferencia en la unidad con el objeto de reforzar la soberanía del Estado. Y así se desarrolló un modelo territorial en el que las regiones que así lo deseasen podían acceder a la autonomía y tener competencia sobre ciertas materias. Pero siempre que así lo autorizara el Parlamento central, el cual debía aprobar el correspondiente Estatuto de autonomía, como sucedió en el caso catalán". "Resulta sorprendente que desde algunos sectores de la derecha se achaque a este modelo del Estado integral el intento de romper España, cuando fue precisamnte todo lo contrario. La Constitución daba prevalencia al poder del Estado frente a las regiones, lo que provocó fuertes críticas de las comunidades históricas: Cataluña, País Vasco y Galicia. Como muestra de esta preferencia por el poder del Estado central, baste señalar la cláusula de cierre del sistema, según la cual todas aquellas materias no reconocidas a las regiones en sus estatutos serán competencia propia del Estado central". "Lejos de ser desterrado de la vida política, el centralismo ocupó en la República todavía un lugar destacado. [...] La Constitución de 1978 recogió la figura del Estado integral como modelo para su Estado de las autonomías. Y recogió también su fracaso: el sistema territorial actual no sólo no satisface a muchos, sino que además ha conseguido aumentar las diferencias entre los ciudadanos de las diferentes comunidades".
La Constitución española de 1978 es la norma suprema del ordenamiento jurídico del Reino de España, a la que están sujetos los poderes públicos y los ...
La Constitución española de 1931 fue aprobada el 9 de diciembre de 1931 por las Cortes Constituyentes tras las elecciones generales españolas de 1931 que...
Nota : pongo estos tres refranes para que el lector tenga cuidado con lo que lee. Es muy facil manipular a la gente, todo el cuidado es poco. Hay que CUESTIONARSE lo que se lee, CONTRASTARLO y luego CADA UNO DEBE LLEGAR A SUS PROPIAS CONCLUSIONES.
** Soy un EMPRESARIO JUBILADO que me limito al ARCHIVO de lo que me voy encontrando "EN LA NUBE" y me parece interesante. **
** Lo intento hacer de una forma ordenada/organizada mediante los blogs gratuitos de Blogger. **
** Utilizo el sistema COPIAR/PEGAR, luego lo archivo. ( Solo lo INTERESANTE, según mi criterio). **
** Tengo una serie de familiares/ amigos/ conocidos (yo le llamo "LA PEÑA") que me animan a que se los archive para leerlo ellos después. **
** Los artículos que COPIO Y PEGO EN MI ARCHIVO o RECOPILACIÓN (cada uno que le llame como quiera), contienen opiniones con las que yo puedo o no, estar de acuerdo. **
** Si te ha gustado la publicacion, lo mejor que debes hacer es ir al blog/pagina del autor y DEJAR UN COMENTARIO. En mi blog no puedes dejar comentarios, pero si en el del autor. **
** Cuando incorporo MI OPINIÓN, la identifico CLARAMENTE, con la única pretensión de DIFERENCIARLA del articulo original. **
** Pido perdon por MIS limitaciones literarias. El hacerlo mejor (no mucho) me cuesta dedicarle MAS TIEMPO, y la verdad es que (ademas de no tener tiempo) tengo poca paciencia, por ello, y nuevamente, pido disculpas por las susodichas limitaciones. **
** Mi correo electrónico es vredondof (arroba) gmail.com por si quieres que publique algo o hacer algún comentario. **
** Por favor! Si te ha molestado el que yo haya publicado algún artículo o fotografía tuya, ponte en contacto conmigo (vredondof - arroba - gmail.com ) para solucionarlo o retirarlo. **
*
-- Publicado por Blogger para MdeN el 12/11/2013 04:00:00 a.m.